El Asenso
Es de día. Entro en una casa. Comienzo lentamente a subir por unos escalones. Llego a un primer piso. Continúo subiendo. Estoy en la azotea.
Observo una escalera de metal en espiral. No tiene barandas de protección. Debo ascender para llegar al tanque de agua. Lo hago con tranquilidad.
Estoy sobre el tanque. Su base es pequeña. Toda la estructura se mueve por las ráfagas de viento. Estoy de pie. (*)
Me acerco al borde. Abajo veo la azotea de la casa. Me siento atraído por el vacío pero me repongo y continúo mirando. Luego, paseo la vista por el paisaje. (*)
Arriba mío hay un helicóptero. Bajan desde él una escalerilla de soga. Los travesaños son de madera. Tomo la escalera y apoyo los pies en el último barrote. El aparato sube lentamente. Allí abajo queda el tanque de agua cada vez más diminuto. (*)
Subo por la escalera hasta llegar a la compuerta. Trato de abrirla pero está trancada. Miro hacia abajo. (*)
Han corrido la puerta de metal. Un joven piloto me tiende la mano. Entro. Subimos velozmente.
Alguien anuncia que hay una falla en el motor. Al poco tiempo escucho un sonido de engranajes rotos. La hélice de sustentación se ha atascado. Empezamos a perder altura cada vez más rápidamente.
Se distribuyen paracaídas. Los dos tripulantes saltan al vacío. Estoy en el borde de la compuerta, mientras la caída se hace vertiginosa.
Me decido y salto. Voy cayendo de frente. La aceleración me impide respirar. Tiro de una anilla y el paracaídas se proyecta como una larga sábana hacia arriba. Siento un fuerte tirón y un rebote. He frenado la caída.
Debo acertar al tanque de agua, de otro modo caeré sobre los cables de alta tensión o en los pinos cuyas puntas me esperan como afiladas agujas. Maniobro tirando del cordaje. Afortunadamente, el viento me ayuda. (*)
Caigo sobre el tanque, rodando hasta el borde. El paracaídas me envuelve. Me desembarazo de él y veo como cae desordenadamente.
Estoy nuevamente en pie. Muy lentamente, comienzo a bajar la escalera en espiral.
Llego a la azotea, bajando luego hasta el primer piso.
Continúo descendiendo hasta llegar a la habitación… lo hago sin apuro.
Estoy en la planta baja de la casa. Voy hasta la puerta, la abro y salgo.